Sábato,
Jorge Federico, “La clase dominante en la Argentina moderna. Formación y características”,
Buenos Aires: Imago Mundi, 1991, 286 pp.
El libro de Jorge Sábato (1938-1995) debe ser visto dentro
del debate desarrollado en los años ’80 sobre la capacidad innovadora del
empresariado discutiendo el carácter conservador del mismo. El autor comenzó su
investigación, bajo el aporte de CISEA, sobre la formación y características de
la clase dominante argentina en la segunda mitad de la década del setenta. La primera
parte del libro que concentra las ideas principales fue distribuido a partir de
1971, en tanto que los otros dos capítulos se realizaron entre los años 1982 y
1983. Por lo tanto, el libro reúne las investigaciones del autor desde los
setenta y principios de la década del ochenta pero que logran tener una
coherencia dentro de la obra ya que logran comprenderse articulando diferentes
ejes acerca de la temática abordada.
En la primera parte titulada “Notas sobre la formación de la clase dominante en la Argentina Moderna
(1880-1914)” se encuentra la hipótesis principal del libro: los grupos
económicos del siglo XIX habían tenido un comportamiento netamente capitalista,
y no "colonial", para obtener ganancias, gracias a "una vocación
comercial muy alerta para aprovechar las oportunidades de un mercado
internacional cambiante".
El elemento básico y fundamental que habría producido el
desarrollo económico argentino en ese periodo estaría constituido por las
“ventajas comparativas” de la región pampeana para la producción de bienes
agrícola-ganaderos en el contexto mundial, lo que se habría expresado en la
existencia de la “renta diferencial”.Ese comportamiento consistió en aplicar un
criterio racional a los factores de producción disponibles: mucha tierra, poca
gente y poco capital. De lo que resultó la formación de empresarios con
inversiones diversificadas en agricultura, ganadería e industria -según fueran
las coyunturas del mercado-, con altos ingresos y bajos riesgos. El autor
considera la diversificación de inversiones como un rasgo diferenciador y
específico del caso argentino, dicho comportamiento se habría originado en las
características que asumió la producción agropecuaria pampeana –sucesivos booms exportadores más una naturaleza
prodigio que ofrecía la posibilidad de sustituir actividades de acuerdo a las
señales de los mercados- reubicándose desde la elite terrateniente hacia el
conjunto del gran empresariado.
Según Sábato, en la evolución económica de nuestro país
no hubo un sistema "puro" sino uno "dominante", donde
"junto a la cuestión de la tierra, las actividades comerciales y
financieras constituyen la clave de la consolidación y comportamiento de la
clase dominante en la
Argentina " de fines del siglo XIX. Es ahí donde subyace
en el autor la idea del empresariado argentino como una clase
"parasitaria", que ha valorado -y aún valora- la centralidad de los
elementos financieros por encima de los de producción.
Por lo tanto, si además la clase dominante se encuentra
implantada en el comercio y las finanzas, dispone de grandes posibilidades de
dispersar riesgos entre distintas actividades productivas y de aprovechar con
gran rapidez coyunturas favorables, por lo que la clase dominante habría
resultado mucho menos conservadora en el momento de incorporación de lo que la
concepción tradicional de hecho sugiere.
Claro ejemplo de esta actitud se ve en la posición de
los invernaderos ya que en la medida en que el grueso de la producción ganadera
de los criadores se destinaba al mercado interno, les resultaba imposible
imponer precios diferenciales a los novillos destinados a invernada. A ello
contribuía obviamente el que el invernador, al no necesitar inversiones fijas y
requerir poco trabajo, actuaba más como comerciantes que como productor. El
motivo de esta predilección es que la invernada (que se hace importante a
partir de 1910) es que era mucho más rentable que la cría y que tiene más
posibilidades de competir con la agricultura.
Aspecto esencial del libro es que al momento de realizar
una tipología de la clase dominante, Sábato también aclara que es una clase muy
poco fraccionada internamente, con un grado relativamente bajo en
diferenciación interna en términos de comportamiento, existiendo al mismo
tiempo de una fuerte estratificación en términos de riqueza y poder.
En cuanto a la evolución de dicha economía, el autor
postula que en la formación de la
Argentina moderna no hubo elementos precapitalistas ya que
por el contrario, los mercados parecen haber funcionado con una magnitud y
rapidez más acorde a los requerimientos teóricos de una organización
capitalista. En tanto que su adopción a la división internacional del trabajo
fue condición necesaria pero no suficiente para explicar la evolución de la
economía argentina sino que residió en la unidad con la cual se conformó su
burguesía y, en especial su homogeneidad y concentración en el estrato
dominante.
Por lo tanto, había existido desde un punto de vista
económico-social, una estrecha relación entre la consolidación del Estado
nacional y la formación de la clase dominante reflejado en la creación y/o
expansión de un conjunto de bancos estatales y el respaldo económico estatal
imprescindible para atraer y garantizar las grandes inversiones de capital
extranjero.
La primera parte se cierra con una serie de “Historias de vida” (entre las que se
encuentran las de Amancio Alcorta, Miguel Alfredo Martínez de Hoz y Ernesto
Tornquist entre otros) que sirve para ilustrar mediante estos ejemplos el
desenvolvimiento y papel de la clase dominante en la Argentina.
En la segunda parte del libro: “Riesgo y adopción en el agro. Construcción de un modelo”, Sábato se
pregunta por el desaprovechamiento de la pampa argentina y como el
compartimiento peculiar de los productos, al diversificar tareas y llevarlas al
comercio y finanzas, hace que se realicen fenómenos que van desde la tendencia
a mantener grandes explotaciones hasta la forma de adopción de nuevas técnicas.
Por lo tanto, la combinación de agricultura y ganadería ofrece la posibilidad
de adaptarse a variaciones de mediano plazo, en las condiciones de mercado, lo
cual puede implicar, incluso, que los ingresos netos promedios de los
productores lleguen a ser mayores que los que obtendrían si se dedicaran
exclusivamente a la agricultura.
Finalmente, la ultima parte del libro “Funcionamiento de la economía y poder
político en la Argentina :
trabas para la democracia” (realizado junto a Jorge Schvarzer) debe ser
entendido en el contexto de producción en el que fue elaborado (1982, la
transición hacia la democracia). Aquí Sábato se pregunta por la peculiar
organización del poder económico y político del país que ha creado una
experiencia histórica cuyas consecuencias se observaban en el comportamiento de
la clase dominante que (conciente o inconsciente) deseaba que el sistema fuera
permanentemente inestable tanto en el aspecto político como en el económico.
Conclusión:
“La clase
dominante en la Argentina
moderna” es un clásico en la historiografía argentina y su lectura fue el
principio de un debate sobre las características y el rol de la clase dominante
argentina
Su original hipótesis se resume en el carácter altamente
especulativo del comportamiento económico de la elite empresarial del país, la
fórmula de su éxito económico y su consolidación como clase dominante, a la vez
que una causa decisiva del estancamiento económico del país en el largo plazo.
De manera que la posición subordinada a la Argentina en el mercando mundial no dependió de
la especialización ni del papel de los capitales extranjeros ya que la causa, tanto
de la expansión como del estancamiento, fue el comportamiento de esta clase
dominante, su homogeneidad y concentración de riqueza que conllevo a una
preferencia por otras actividades no productivas, como actividades financieras
y especulativas que si bien es la principal característica del comportamiento
de la oligarquía, tiene como requisito la necesidad de una masa de capital
líquido disponible para invertir en aquellos sectores de la estructura
económica que puedan generar un beneficio inmediato con escaso o ningún riesgo.
1 comentario:
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